BUENOS AIRES, 21 dic (Xinhua) — El enfoque arancelario del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, con la imposición anunciada de aranceles a las importaciones procedentes de los principales socios comerciales del país norteamericano, desestabilizará las cadenas globales y a los propios estadounidenses, que deberán afrontar el aumento en los precios de los alimentos y de la energía, afirmó el académico argentino Sebastián Schulz. «La imposición de aranceles, en el caso de que se efectivice, lo que va a generar es una desestabilización todavía mayor de las cadenas globales de valor estratégicas», dijo el experto en una entrevista reciente con Xinhua. Durante su mandato anterior (2017-2021), la campaña para su reelección y ahora como presidente electo, Trump ha recurrido a las amenazas de imponer aranceles a los productos de países como México, Canadá, China y de la Unión Europea (UE), como una herramienta de presión política, y ha insistido en que los aranceles «no cuestan nada a los estadounidenses», señaló el entrevistado. «Lo que busca Trump es reducir, también, el déficit comercial que tiene Estados Unidos hoy con muchos de los países, entre ellos con China, como una forma quizás más general de frenar el proceso de globalización incluyente», planteó Schulz. A juicio del investigador miembro del Centro de Estudios Chinos (Cechino) de la Universidad Nacional de La Plata, el enfoque arancelario de Trump, «si bien puede tener algunos efectos en el corto plazo», no será «efectivo en el largo plazo». «Todo lo contrario, va a acelerar las tendencias en curso, que tienen que ver con la construcción de un orden internacional multipolar, de un multilateralismo inclusivo», estimó. Schulz advirtió que esta imposición de aranceles, de forma unilateral, va a aumentar el descontento de la mayor parte del Sur Global con las políticas proteccionistas unilaterales impulsadas por Washington. «En términos más generales, creo que va a acelerar una discusión que ya está comenzada sobre la necesidad de la reforma de una arquitectura financiera y monetaria global que la haga más abierta, más justa y más democrática», apuntó. Una de las amenazas más recientes de Trump fue lanzada el 20 de diciembre, cuando el presidente electo advirtió a la UE que debe comprometerse a comprar grandes cantidades de petróleo y gas estadounidenses o enfrentará aranceles. «Le dije a la Unión Europea que debe compensar su tremendo déficit con Estados Unidos mediante la compra a gran escala de nuestro petróleo y gas. De lo contrario, ¡¡¡habrá ARANCELES a toda costa!!!», escribió Trump en la red Truth Social. Para Schulz, también investigador del Centro de Investigaciones en Política y Economía de la red Clacso (Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales), «Estados Unidos está trasladando las responsabilidades sobre su crisis económica a socios históricos, como la Unión Europea, la propia OTAN, México y Canadá». «Esto, de alguna manera, es una manifestación de un declive de Estados Unidos como hegemón unipolar global, que se niega a aceptar que no puede imponer condiciones unilateralmente y por eso recurre a este tipo de medidas», resumió el analista argentino. En la visión de Schulz, este tipo de medidas «no van a resolver los problemas estructurales de la economía estadounidense, sino que la imposición de aranceles va a agudizar el descontento del Sur Global y llevará a acelerar la construcción de un nuevo tipo de relaciones internacionales». Tras remarcar que «la imposición de aranceles o de sanciones unilaterales contribuye a generar la confrontación entre los Estados, pero no a resolver los problemas económicos», el experto enfatizó que «las guerras comerciales no tienen ganadores». «Una guerra comercial iría a contramano de muchas de las tendencias históricas que estamos viendo, que apuntan a un mundo más multipolar, un mundo más diverso, más pluriversal, en donde el diálogo de civilizaciones prima sobre el conflicto y la confrontación», contrapuso el académico. Consultado sobre las consecuencias que podrían tener estas medidas dentro del país norteamericano, Schulz respondió que, frente a las tendencias históricas y al fomento de una globalización incluyente, los aranceles que propone el nuevo Gobierno en Washington no tendrán los efectos deseados. «No van a promover una relocalización del capital transnacional en Estados Unidos, sino que van a producir el aumento en los precios de los alimentos, materias primas y de la energía, que va a impactar sobre la ciudadanía norteamericana», vaticinó. Durante el primer mandato de Trump, su doctrina de «Estados Unidos primero» generó una tensión considerable en las relaciones entre Washington y sus principales socios comerciales. «Es muy difícil que sanciones y aranceles puedan ayudar a recomponer la economía estadounidense y eso va a producir un cada vez mayor descontento del electorado norteamericano con su Gobierno», añadió Schulz. Fin