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ESPECIAL: Mar de las Calmas, en islas Canarias, será primer parque nacional marino de España

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Ago 8, 2024

MADRID, 7 ago (Xinhua) — El mar de las Calmas, en el turístico archipiélago canario (océano Atlántico), con una extensión de más de 24.000 hectáreas que acogen un volcán submarino y una de las comunidades de zifios o cetáceos de aguas profundas más importante del mundo, será el primer parque nacional marino de España. La declaración, que acaba de empezar a tramitarse tras su aprobación a finales de julio por el Gobierno, nace de una iniciativa surgida en 2017 que ha sido objeto de debate entre administraciones públicas, organizaciones científicas y la población local. Situado en la isla del Hierro, en las aguas de este mar conviven delfines, cachalotes, zifios, tiburones martillo o atunes, entre otras especies. Y sus abismos, con tres kilómetros de profundidad, están habitados por gorgonias, ostras gigantes, esponjas de cristal y corales. El nuevo parque «nos reconcilia con ese compromiso que hemos adquirido todos de que al menos el 30 por ciento de nuestro espacio marino cuente con alguna figura de protección en el año 2030», remarcó la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera. La también vicepresidenta tercera del Gobierno expuso que el nuevo parque mejorará la representatividad marina en la Red de Parques Nacionales Españoles, conformada actualmente por 16 espacios, de los cuales dos tienen ámbito marino-terrestre: el Archipiélago de Cabrera (mar Mediterráneo) y las Islas Atlánticas (océano Atlántico). «Las características de la isla en sí son muy peculiares, porque estamos hablando de las aguas de características más tropicales o subtropicales de nuestro país, con la presencia de flora y fauna tropical que no existe en otros territorios españoles», explicó a Xinhua la técnica del programa de Océanos en España del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, siglas en inglés), Beatriz Ayala. En este mar, señaló, destaca la presencia cercana a la costa de una fauna oceánica que normalmente se encuentra a mucha distancia y que, en El Hierro, puede avistarse incluso desde tierra, como los cetáceos, de los que se han identificado 18 especies diferentes, cuatro de ellas zifios. «Con respecto a la población, la isla ha apostado por un modelo de desarrollo sostenible, que entronca a la perfección con una figura de parque nacional. La declaración podría aparejar también impulso a ese desarrollo socioeconómico de la sociedad isleña y en un marco de la sostenibilidad que la propia sociedad herreña ha venido impulsando con esfuerzo de tantos años», afirmó. En este aspecto, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico destacó, por ejemplo, la gestión de la pesca profesional mediante artes tradicionales artesanales muy selectivas. Para Ayala, la condición de parque nacional «contribuirá de forma significativa a garantizar su preservación para las generaciones venideras, asegurando la dotación presupuestaria para una adecuada gestión del espacio protegido». En esa gestión, explicó, se incluye también la adopción de medidas de prevención frente a riesgos derivados de actividades humanas potencialmente negativas, así como las vinculadas a eventuales catástrofes naturales, como la erupción en 2011 que dio lugar al nacimiento del volcán Tagoro. Otra de las principales organizaciones ecologistas en España, SEO Birdlife, afirmó por su parte que «la declaración de este parque nacional no solo refuerza la protección de estos valiosos ecosistemas, sino que también subraya la necesidad de completar la representatividad de los sistemas naturales marinos en la red de parques nacionales». Remarcó que el mar de las Calmas alberga también importantes poblaciones reproductoras de aves marinas, uno de los grupos más amenazados de aves, como la pardela chica macaronésica, el petrel de Bulwer o el paíño de Madeira. Además, indicó que otras aves vinculadas al medio marino, como el águila pescadora o el charrán común, se reproducen en dichas zonas, por lo que «es importante tener en cuenta que la biodiversidad no entiende de fronteras. Y, en consecuencia, se debe garantizar que los procesos ecológicos en que intervienen estas aves se pueden desarrollar con normalidad». Fin

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