QUITO, 15 dic (Xinhua) — Quince presos murieron en los últimos cuatro días en la Penitenciaría del Litoral, la cárcel más grande y peligrosa de Ecuador, ubicada en la ciudad de Guayaquil (suroeste), informó hoy lunes el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores (SNAI). El ente encargado del control de las prisiones indicó a la prensa local que las causas de los fallecimientos ocurridos entre el 11 y el 14 de diciembre «se encuentran en investigación bajo los protocolos correspondientes». «Las causas oficiales serán determinadas por Medicina Legal», agregó el organismo, sin proporcionar mayores detalles. Según un reporte policial preliminar, citado por medios locales, la mayoría de los reos fallecidos tenía entre 22 y 45 años y sus cuerpos no presentaban signos de violencia, de acuerdo con el personal de Criminalística que realizó el levantamiento de los cuerpos. El fallecimiento de los reclusos se produce en medio de una crisis sanitaria en esa prisión, que alberga alrededor de 7.000 internos. La Penitenciaría del Litoral se encuentra desde hace varios meses bajo observación de organizaciones de derechos humanos y de la Defensoría del Pueblo, debido a alertas sobre otros fallecimientos, algunos de ellos con sintomatología relacionada con la tuberculosis. Recientemente, un juez aceptó de forma parcial una medida cautelar presentada para atender la situación en ese centro penitenciario. El Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos (CDH) de Guayaquil denunció que, en lo que va del año, al menos 590 internos han fallecido en la Penitenciaría del Litoral. El Comité atribuye esa situación a la degradación de las condiciones de detención, incluida la falta de alimentación adecuada, atención médica, acceso a medicamentos y condiciones higiénicas dignas para las personas privadas de libertad. Ecuador enfrenta desde 2021 una crisis carcelaria que ha dejado más de 500 presos asesinados, en su mayoría en masacres derivadas de enfrentamientos entre bandas rivales, según estadísticas oficiales. Desde enero pasado, policías y militares custodian todas las cárceles, consideradas uno de los epicentros de la violencia sin precedentes que atraviesa el país, en el marco del «conflicto armado interno» declarado por el Gobierno contra el crimen organizado. Fin
