Por Xi Yue, Hao Yunfu y José Aguiar LIMA, 6 jul (Xinhua) — Sentado en su oficina, el doctor peruano Eduardo Yong Motta, quien es director del centenario Hospital Nacional Arzobispo Loayza de Lima, ha destacado el aporte que China ha hecho al mundo y a Perú con su medicina tradicional, la cual considera «un tesoro», y ha rememorado la histórica cooperación en materia de salud entre ambos países. En conversación con Xinhua, el experimentado profesional de ascendencia china aseguró que su interés por esta medicina surgió desde temprana edad, cuando las noticias en todo el mundo comenzaban a hablar de la misma, con su acupuntura y moxibustión, y reflejaban el éxito que tenían al curar o permitir operaciones «sin dormir al paciente, sino poniendo agujas». Su oportunidad de verificar los resultados de primera mano llegó en el año 1973. Conformó un grupo de médicos de varias partes de Perú para viajar a la nación asiática, donde él mismo entró a quirófanos y constató operaciones de cadera, de la tiroides y estómago, mientras que los pacientes «estaban hablando». Sostuvo que los conocimientos adquiridos durante su estancia en China los aplicaron una vez regresaron al país andino, donde hicieron una cirugía a una mujer «aplicando puntos de acupuntura con un equipo eléctrico», produciendo una analgesia, y fue todo un éxito. Pero este conocimiento no lo guardó sólo para sí, sino que decidió compartirlo con otros de sus colegas en un congreso mundial que celebraron en los años posteriores; y luego se impulsó la apertura de un consultorio de medicina tradicional en este hospital que hoy dirige, aunque inicialmente no obtuvo el apoyo que esperaban. Pero con el pasar de los años comprendieron su importancia, y hoy incluso en la Seguridad Social, una entidad «muy importante de la salud pública en el Perú, hay un sector de medicina complementaria y está la medicina tradicional china»; mientras, él y otros colegas se mantienen promoviendo conferencias y difusiones de esta medicina que debe «seguir practicándose». Asimismo, Yong Motta recordó que el apoyo oficial al primer curso de medicina tradicional se originó durante el primer Gobierno del fallecido presidente Alan García (1985-1990), quien luego de una larga espera entregó a Teresa Joo de Siu, reconocida artífice del establecimiento de las relaciones entre Perú y China, una resolución que daba cuenta de que el proyecto había sido aprobado al más alto nivel para ser impartido a más de 100 médicos por dos profesoras provenientes de China. Recordó que esta cooperación «ha ido caminando poco a poco», se ha fortalecido en los últimos años, y ahora «han venido médicos chinos» que incluso han abierto en el país sus propios consultorios de medicina tradicional. El también exministro de Salud aprovechó para destacar que ha habido una importante cooperación en materia de salud entre Perú y China, beneficiando al antiguo hospital que hoy dirige, por ejemplo, con un denominado «Pabellón Chino» que fue inaugurado en 2011. Este pabellón cuenta con una Unidad de Cuidados Intensivos Generales y una Unidad de Cuidados Intermedios en el segundo piso, un banco de sangre ubicado en el sótano y una zona central de esterilización. El director de este reconocido hospital capitalino mencionó que su interés por la medicina fue heredado de su padre, quien le contó que desde temprana edad quería ser médico, sin embargo habían muchas dificultades, por lo que «otros paisanos chinos en Lima» le recomendaron trabajar de día y estudiar de noche. Indicó que su abuelo, a quien no conoció pero que era procedente de la provincia sureña china de Cantón, llegó a Perú hacia el año 1900 para trabajar en Lima, y después viajó al departamento noroccidental de Lambayeque para seguir laborando. Por eso, su padre y su abuela migraron a Lima, donde finalmente terminó estudiando medicina, un conocimiento que le transmitió a Yong Motta, quien hoy es un apasionado por la medicina tradicional china. En ese contexto, resaltó que esa medicina ha sido reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su momento y que ahora es un «tesoro que ha dado frutos». Fin