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Especial: Eventos climáticos extremos provocan pérdidas millonarias en cinco años en estado del sur de Brasil

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Dic 18, 2025
SAO PAULO, 17 dic (Xinhua) — La crisis climática global y los eventos meteorológicos extremos han provocado un severo daño a la producción agropecuaria, uno de los motores del campo brasileño, en el estado de Río Grande do Sul (sur), el cual en cinco años ha perdido por causas vinculadas a inundaciones y sequías unos 24.000 millones de dólares, según los propios productores. «Estamos viviendo una crisis climática en Rio Grande do Sul», dijo a Xinhua el presidente de la Federación de Agricultura de Rio Grande do Sul (Farsul), Gedeao Pereira. El estado fronterizo con Argentina y Uruguay es el principal productor de arroz de América Latina y uno de los más importantes desde hace más de un siglo en cuanto a ganado bovino. La crisis de Río Grande do Sul derivada de las condiciones climáticas fue uno de los asuntos expuestos por especialistas durante la 30ª Conferencia de las Partes (COP30) de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático realizada en noviembre pasado en la ciudad brasileña de Belém, en el estado amazónico de Pará (norte). El momento más crítico vinculado a los eventos meteorológicos extremos se vivió en mayo de 2024, cuando un ciclón extratropical acompañado por inéditas lluvias hizo que colapsara la región con saldo de 163 personas que perdieron la vida. Las condiciones del clima ocasionaron que el 90 por ciento del territorio estatal quedara inundado, sin carreteras ni servicios públicos o de logística, aunque gran parte de la capital estatal, la ciudad de Porto Alegre, se mantuvo a salvo. «En estos últimos cuatro o cinco años por causa de la cuestión climática fueron varios miles de millones de reales que dejaron de circular en los bolsillos de la población», añadió el presidente de la Farsul, al referir el efecto multiplicador de las pérdidas respecto al consumo, el empleo y la inversión local. Pereira subrayó que la sequía, lejos de ser un problema exclusivo del productor del campo, se ha convertido en un fenómeno que afecta a toda la economía e incluso la demografía. Entre 2010 y 2022, la población de Río Grande do Sul creció apenas 1,8 por ciento, en contraste con estados vecinos como Santa Catarina (22 por ciento) y Paraná (9,6 por ciento) con mejores desempeños demográficos y económicos. Río Grande do Sul es un motor agrícola clave en Brasil con una diversificada producción que incluye más de 40 gamas de productos, entre cultivos agrícolas y ganadería, destacándose soya, arroz, maíz, tabaco y trigo, así como una producción de ganado bovino y «dairy cattle» o ganado lechero. Durante el periodo agrícola 2023-2024 resultó el tercer mayor productor de soya del país sudamericano con cerca de 13,4 por ciento de la producción brasileña, detrás de los estados de Mato Grosso (oeste) y Paraná (sur), además de ser uno de los principales proveedores de productos agrícolas brasileños hacia China, el principal socio comercial de Brasil desde 2009. Entre 2020 y 2025, los agricultores de Rio Grande do Sul dejaron de percibir 126.300 millones de reales (unos 24.600 millones de dólares) por pérdidas en la producción de grano debido al clima, según datos de la Farsul. Pereira expuso que solamente este 2025, las cosechas no logradas alcanzaron los 8 millones de toneladas, frente a una expectativa de 39 millones, es decir, pérdidas estimadas en casi 20.000 millones de reales (unos 3.900 millones de dólares). La caída en la producción del agro y por consecuencia en el ingreso, ha generado una contracción proyectada de 10,66 por ciento en el Producto Interno Bruto (PIB) agropecuario del estado para este 2025. El entrevistado apuntó en tal sentido que la crisis afecta también la capacidad de los agricultores de invertir en infraestructura esencial, como sistemas de riego y manejo de suelos, necesarios para mitigar los efectos de las sequías y las inundaciones. Para hacerle frente a la morosidad que se ha generado en cuanto al pago de créditos rurales y a las restricciones al financiamiento, Pereira abogó por medidas estructurales. Entre las medidas mencionó ajustes en las normas financieras para los agricultores afectados por daños relacionados con el clima. Mencionó también la aprobación de proyectos de ley que faciliten la obtención de títulos negociables, así como la renegociación de deudas, al proporcionar líneas de crédito emergentes que permitan enfrentar los desafíos de un clima cada vez más hostil. «El clima pasó a ser un factor permanente de atraso económico para el estado. Sin políticas públicas consistentes y mecanismos de apoyo de largo plazo, Rio Grande do Sul seguirá pagando un costo muy alto por estos eventos extremos», dijo el representante de los productores del campo. Tras las fuertes lluvias e inundaciones en Rio Grande do Sul en 2024, el Gobierno brasileño destinó unos 116.000 millones de reales (unos 21.000 millones de dólares) para la rehabilitación del estado. Fin

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