BUENOS AIRES, 24 dic (Xinhua) — El primer año de Gobierno del presidente de Argentina, Javier Milei, muestra elementos positivos en política interior, como el manejo del orden público y el avance de leyes clave en el Congreso, donde el oficialismo es minoría, así como en cuestiones macroeconómicas, y, en paralelo, una faceta negativa en materia social y en el manejo de la política exterior, que ha quedado supeditada a las preferencias personales del mandatario antes que al interés nacional, afirmó el académico Patricio Giusto. «Siempre en cada gobierno, sobre todo un gobierno nuevo que arranca, es obvio que hay cosas que salen bien, cosas que salen mal. Pero si uno tiene en cuenta los pronósticos previos, algunos muy catastróficos, que estaban fundados, por supuesto, en un presidente que no tenía experiencia política, que estaba rodeado de gente también que no tenía experiencia política, la minoría que él tiene en el Congreso (…) había muchas razones para pensar que esto podía salir mal y sobre todo por la herencia que agarraba Milei, una situación económica desastrosa», planteó el experto en entrevista con Xinhua. Giusto, politólogo y magíster en Políticas Públicas, consideró que desde su asunción el 10 de diciembre de 2023, Milei «ha logrado cosas que son innegables, (como) estabilizar la situación macroeconómica del país, (y) así están respondiendo los mercados, así está respondiendo la opinión pública, y por eso es un presidente que en su primer año conserva más o menos los niveles de apoyo que tenía cuando asumió». El analista consideró que «Milei se mantiene más que en pie, porque si vemos lo que hay del otro lado en términos de la oposición, hoy no hay una oposición articulada y hoy no hay nadie que parezca hacerle sombra tampoco pensando ya de cara en las próximas elecciones legislativas», las cuales tendrán lugar en octubre de 2025 para renovar un tercio de los 72 escaños del Senado y 127 de los 257 asientos de la Cámara de Diputados. El mandatario liberal, que tiene una veintena de diputados y siete senadores propios, asumió el Gobierno con un mensaje en contra de la «casta política», con un llamado a restablecer «el orden» en las calles, y con la promesa de un severo ajuste del gasto público, lo que se verificó en estos 12 meses, generando a lo largo del país protestas, movilizaciones y huelgas de distintos gremios y sindicatos, entre ellos de los trabajadores estatales y de los sectores aeronáuticos, ferroviarios y educativos, entre otros. El ajuste, según el propio mandatario, ha sido «el más grande de la historia», equivalente a 15 puntos del Producto Interno Bruto (PIB) de Argentina. «Milei, pese a esa minoría, mantuvo el liderazgo de la agenda del Congreso, incluso logrando la aprobación de ciertas cosas que eran necesarias para su gestión, como la Ley Bases», dijo el también director de la Consultora Diagnóstico Político. «Consiguió logros económicos, que son innegables y renovó la esperanza del mercado a nivel externo, lo vemos en los datos de la Bolsa y de ciertas acciones de empresas argentinas que están muy bien valoradas en la actualidad y eso hace unos meses no era así. Pero por supuesto que los desafíos siguen siendo enormes, revertir la pobreza, lograr una definitiva reactivación de la economía que sea sustentable», estimó. De acuerdo con datos oficiales actualizados en septiembre, la pobreza en el país sudamericano afecta al 52,9 por ciento de los habitantes, mientras que la inflación en octubre fue de un 2,7 por ciento mensual, la más baja en casi tres años, con un acumulado de un 107 por ciento en los primeros diez meses del 2024. La economía, en tanto, se contrajo un 3,1 por ciento en los primeros nueve meses del año, según guarismos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). El profesor visitante en la Universidad de Zhejiang se refirió también al orden público en las calles, una de las promesas de Milei en campaña. «Uno puede decir que, en gran medida, es otro de los logros que él tiene para mostrar. En lo que es el desorden y los piquetes (protestas de los trabajadores) en la calle, hay un cambio muy notable en la ciudad de Buenos Aires. En el interior del país tenemos dinámicas que son bastante parecidas a lo que veníamos viendo en términos de piquetes y conflictividad, pero donde las fuerzas federales actuaron, donde hay gobiernos aliados, como en este caso la ciudad de Buenos Aires, hay un cambio radical», observó Giusto. Agregó que «la Confederación General del Trabajo (CGT, opositora a Milei) está fracturada y debilitada, las organizaciones sociales desarticuladas, y hay una sensación que en la ciudad de Buenos Aires es realmente muy notable, de más orden. Es otra cosa que le da otro elemento que aumenta el capital político de Milei, y sin duda su autoridad». En contrapartida, el experto ubicó en el «debe» cuestiones vinculadas al ámbito social y a la política exterior del gobierno libertario. «Me parece que falta todavía una cuota de sensibilidad social, que el Gobierno debería estar más cerca de lo que es el sufrimiento de la gente. Hay sectores que ya venían sufriendo, por supuesto, no lo creó Milei a este problema, pero en algunos puntos la política de Milei agravó la situación de ciertos sectores sociales, que todavía están mayormente con una actitud de paciencia, uno puede decir de resignación», dijo el director del Observatorio Sino-Argentino. Advirtió, sin embargo, que «eso tiene un límite, la paciencia de esos sectores tiene un límite, así que ese es el gran desafío del Gobierno, cómo toda esa normalización macroeconómica también se convierte en oportunidades laborales. Si se perdió empleo en un lugar, que se pueda crear en otro. Pero si es simplemente destrucción de empleo por una cuestión de competencia, ahí vamos a tener un problema más serio todavía». En materia de política exterior, el experto lamentó que «el presidente puso su ideología y sus preferencias personales por encima de los intereses nacionales y desplegó un posicionamiento de alineamiento total con Estados Unidos e Israel que no tiene ningún país en el mundo». «¿Qué resultados trajo esto? Por ahora ninguno. Ojalá que a partir de ahora vayamos a una política exterior más pragmática, centrada, moderada, funcional a los intereses nacionales y no tanto de la ideología, las pasiones y las preferencias personales del líder del turno», agregó el entrevistado. Fin