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ESPECIAL: Promueven lectura entre jóvenes que transportan frutas y verduras en mercado mexicano más grande de A. Latina

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Oct 30, 2024

Por Carina López y Pool Contreras MÉXICO, 29 oct (Xinhua) — Cada semana, Edgar Patiño se reúne con otros jóvenes para discutir el contenido de un libro al que tuvo acceso en los días previos, tras integrarse al programa Libro Club Diableros Literarios, en la periferia de la Central de Abasto de la Ciudad de México, considerado el mercado más grande de América Latina. Para Patiño, quien carga verduras desde hace varios años, el tener contacto con grandes obras de la literatura ha cambiado su vida, pues ahora dedica más tiempo al conocimiento de distintos autores y debate sobre temas de interés general como los aportes de la ciencia a la humanidad. «Simplemente, cuando leo un libro despejo mi mente», compartió Patiño con Xinhua, para agregar que «si no acabo de leer, pongo un separador y se queda emocionante», así que «si me voy a trabajar y regreso lo vuelvo a leer». El joven trabajador expresó que pertenecer a un círculo de lectura le ha dado la oportunidad de expresar sus ideas sin temor a ser juzgado, pues sus compañeros respetan la opinión de cada uno de los miembros del club de lectura. «Para mí, la lectura es una distracción, simplemente despeja mi mente, me lleva a la imaginación», reiteró Patiño, quien mencionó que cuando lee algún texto interesante su mente descansa, disfruta y así deja atrás los problemas. «El día se pasa más rápido porque mantienes tu mente ocupada, te ayuda a no estar pensando malas cosas. Te mantiene distraído y con la mente despejada», consideró. Patiño forma parte de la nutrida comunidad de «diableros» o cargadores que comienza su jornada de madrugada y que a diario compiten por ayudar a los clientes a llevar pesadas mercancías hasta sus automotores. Los «diableros», nombrados así por la herramienta de trabajo que usan, un carrito para jalar carga con dos ruedas llamado «diablo», circulan a toda velocidad y sin detenerse por los pasillos de la Central de Abasto, por lo que los usuarios deben mantenerse atentos ante el paso de estos ágiles trabajadores. Al igual que Edgar, el «diablero» Raúl Valencia dijo a Xinhua que el círculo de lectura despertó su interés por las historias de misterio, además de que le ha permitido conocer más a fondo a sus compañeros. «Cambias tu manera de ser, te hace más tranquilo (…) te despeja mucho la mente», consideró Valencia. El club de lectura es uno de los servicios que ofrece el Centro de Asistencia e Integración Social (CAIS) del gran mercado, el cual alimenta a unos 20 millones de personas y genera más de 70.000 empleos directos. En este centro social, los usuarios tienen acceso a servicios básicos como alimentos calientes, aseo personal, asistencia médica y descanso, pues cuenta con unas 200 camas para pernoctar. «El Libro Club ha sido un punto de encuentro y de reflexión para los usuarios. En la central es un ambiente muy competitivo porque dicen ‘¡Córrele!’ Para ganar el viaje, porque si no les ganan el cliente (…) aquí ven que no hay una dinámica de competencia del uno contra el otro, sino una integración», dijo a Xinhua la subdirectora del CAIS, Gisela Álvarez. Los «diableros», continuó Álvarez, han adoptado al Centro de Asistencia como su «espacio seguro», donde pueden dialogar, pensar, reflexionar y transportarse a otros sitios del mundo a los que nunca han ido, pero que han podido conocer a través de la lectura. «Me parece algo maravilloso (…) que tengan esa oportunidad de escaparse un poquito de su realidad», dijo la funcionaria. Se trata del primer club en su tipo para este sector de la población que incluye círculos de lectura, talleres de escritura, actividades de integración, consulta y préstamo de libros, así como un club de cine debate. «Lo que yo he observado es una situación que les despeja, lo toman bien, se distraen. Les gusta y les sirve para integrarlos a ellos como una comunidad», comentó. De acuerdo con Álvarez, en estas actividades también participan migrantes que consiguen trabajo en la Central de Abasto y que quieren acercarse a la cultura mexicana, aprender español y compartir su gusto por la lectura. En adición, la subdirectora sostuvo que el propósito principal del centro es crear espacios de lectura que sean inclusivos, es decir, que sean aptos para toda la población. Invitó por ello a más trabajadores y también a sus hijos a sumarse al Libro Club Diableros Literarios, donde el arte y la cultura les permiten ampliar sus horizontes y enriquecer sus vidas. Fin

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